Los planes se remontan al inicio de la guerra fría, concretamente a 1947, según los documentos desclasificados por el archivo nacional del Reino Unido. "Se podrían tomar medidas para desacreditar a comunistas destacados y otras figuras públicas y propagar la discordia dentro del Partido Comunista y diferentes organizaciones comunistas. Se debe dar carta blanca para realizar este tipo de operaciones especiales en el territorio de la Unión Soviética y en las zonas soviéticas de Alemania y Austria", dice un mensaje dirigido al entonces secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Ernest Bevin.
El plan del MI6 titulado 'Acción encubierta de propaganda' y desarrollado bajo la supervisión personal del jefe del servicio, Stewart Menzies, proponía "liquidar a individuos selectos" y "secuestrar a personalidades comunistas de alto rango" para presentar luego estos secuestros como una fuga voluntaria a los países de Occidente. Entre otras medidas de desacreditación figuraba "enviar cartas falsificadas por correo", hacer llamadas comprometedoras, "sembrar pruebas fabricadas" y publicar datos sobre la vida personal de los políticos soviéticos, empezando por los diplomáticos que trabajaban en el extranjero.
El plan preveía también actos de sabotaje y organización de disturbios. Los métodos concretos incluían invadir la URSS con rublos falsificados y poner en circulación tarjetas de racionamiento falsificadas (en la Unión Soviética de postguerra hubo déficit de alimentos y los ciudadanos tenían derecho a comprar con estas tarjetas solo determinada ración diaria que no podían superar). El MI6 iba a enviar a la URSS paquetes con explosivos y llevar a cabo una serie de atentados en el ferrocarril contra trenes militares. Hubo también planes de prender fuego a varias plantas industriales.
Sin embargo, Bevin se negó a aprobar el programa. "Tengo objeciones graves a todo esto. Estamos liberando unas fuerzas que serán muy difíciles de controlar", dijo en su misiva de respuesta. Sin embargo, los documentos desclasificados muestran que el Gabinete de ministros sí llevó adelante el plan de alguna forma y la "licencia para matar" no fue retirada del MI6 oficialmente hasta mediados de los cincuenta.