Según reza un comunicado de la Agencia de Cooperación de Seguridad y Defensa (DSCA), "esta venta propuesta contribuirá a alcanzar los objetivos de política exterior y de seguridad nacional de Estados Unidos mediante el cumplimiento de la seguridad legítima y necesidades de defensa de un país aliado y socio".
La DSCA agrega que estos cazas y armamento proporcionarán a Seúl "una capacidad de defensa creíble para disuadir la agresión en la región y garantizar la interoperabilidad con las fuerzas estadounidenses".
Corea del Sur tiene previsto comprar 60 cazas avanzados para reemplazar su envejecida flota compuesta por aviones F-4 y F-5. Los tres competidores para el contrato, valorado en unos 7.400 millones de dólares, son el caza F-35 de la compañía Lockheed Martin, el Boeing F-15 SE y el caza Eurofighter Typhoon Tranche 1 de la Defensa Aeroespacial Europea.
Además de los cazas, Corea del Sur planea adquirir helicópteros de ataque, helicópteros para operaciones marítimas, misiles guiados aire-tierra, rifles de francotirador y otro material para "contrarrestar las amenazas de las unidades blindadas del Ejército de Corea del Norte e impedir provocaciones".
La tensión en la península coreana, que aumentó tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de la ONU de nuevas sanciones contra Corea del Norte en respuesta a su tercera prueba nuclear, se agudizó aún más después de que Seúl y EE.UU. llevaran a cabo maniobras militares con bombarderos B-2, bombarderos estratégicos B-52 y submarinos nucleares. Tras los ejercicios, el líder norcoreano Kim Jong-un anunció que las relaciones en la península coreana habían entrado en estado de guerra y ordenó a las unidades de misiles que se prepararan para lanzar un ataque en cualquier momento contra EE.UU. y sus bases en la región.