Un pintor cubano responde con arte al desafío del cáncer

Un pintor y un poeta unen aptitudes para narrar a las futuras generaciones la historia de América. Amigos en las letras y en las telas, Luis y Ricardo recrean las historia de los pueblos mediante el arte. Luis lucha también contra el cáncer, pero asegura que a veces su enfermedad  lo ayuda a seguir adelante.

Cuando tenía ocho años, Luis Manuel decidió que iba a ser artista a tiempo completo. Hoy, su obra es admirada por todo el mundo: su mural en Miami es uno de los iconos más conocidos de la ciudad. Dice que con el arte se identifica ante el mundo y que en ese mural plasmó su sentimiento como latino. El creador lo pintó dos veces.

“Yo tenía un dolor porque le echaron pintura encima y me lo borraron. Entonces apareció Ricardo y me dijo que lo pintara nuevamente, ahí me puse manos a la obra y decidí hacerlo aún mejor”, cuenta.

Mientras tanto, el poeta Ricardo siente que su llamado es el de la nostalgia y el rescate del valor cultural de los pueblos de América. También es el guardian de la obra de su amigo el pintor.

“Yo conocí a Archie cuando le borraron el mural, de ahí en adelante me di cuenta de que a pesar de su enfermedad, él quería dejar un legado para las futuras generaciones”, confiesa.

Aunque la salud de Luis Manuel no sea parte del tema, estos dos hombres han hecho un pacto: contarle al mundo entero la historia de América mediante el arte. Afuera dejaron el interés económico y  las solicitudes del capital privado. Ellos crean arte para entender el alma de los pueblos. Y planean pintar otro mural, que promete ser mejor que el primero.

Luis Manuel dice que “dedicó toda su existencia a ser un artista”. “Soy humilde y mi salud se deteriora a pasos acelerados…pero mientras Dios me de fuerzas, yo soy un artista.”

Ya sea en óleo, acrílico, acuarelas, tinta, con lápiz, poesía o música, el mensaje es claro: el sacrificio de toda una vida a la actividad artística con el fin de dejar un legado para las  futuras generaciones.