Rusia no renuncia a las medidas técnico-militares en respuesta a los planes estadounidenses en el ámbito de la defensa antimisiles, que preocupan a Moscú".
Según Pátrushev, el documento se centra en la necesidad de fortalecer y desarrollar de una manera integral las relaciones ruso-estadounidenses, ampliar el diálogo sincero y basado en la confianza mutua en diferentes ámbitos.
Pátrushev reiteró que el documento dedica una atención especial a la defensa antimisiles y al control de armamentos. "Rusia no renuncia a las medidas técnico-militares en respuesta a los planes estadounidenses en el ámbito de la defensa antimisiles que preocupan a Moscú", dijo.
Asimismo, Pátrushev destacó que Moscú no tiene intención de prorrogar la vigencia de la convención del programa Nann-Lugar, que prevé la destrucción de armas rusas con cargo a los presupuestos estadounidenses y cuyo plazo vence el 16 de junio, al tiempo que matizó que Rusia está dispuesta a realizar proyectos conjuntos con EE.UU. vinculados a la no proliferación de las armas de destrucción masiva.
"También podemos interactuar con éxito en el campo de la no proliferación en otros países, utilizando nuestra experiencia adquirida y el potencial existente, siempre y cuando estas otras naciones estén de acuerdo y se cumplan estrictamente las normas de derecho internacional", agregó.
El escudo antimisiles de EE.UU. en Europa siempre ha sido un punto de fricción entre Moscú y Washington. Rusia considera este programa como una violación de todos los acuerdos firmados entre los dos países y espera que EE.UU. presente garantías jurídicas de que el sistema que pretende desplegar en Europa no va dirigido contra las fuerzas estratégicas rusas. Hasta el momento Washington se ha limitado a anunciar que está evaluando la posibilidad de revelar a Rusia datos clave sobre el escudo antimisiles que despliega en Europa.