Sarah McClay, de 24 años, fue atacada en el foso de los grandes felinos, cuando se disponía a alimentarlos o a limpiar el recinto. En el momento del ataque en el parque se encontraban unos centenares de visitantes.
Los paramédicos acudieron de inmediato al lugar del accidente y la joven fue llevada en helicóptero a un hospital en Preston. "Presentaba heridas muy traumáticas. Estaba seriamente mutilada y sufrió un paro cardíaco en el lugar de ataque", explicó un portavoz del servicio de ambulancias de la región Noroeste.
La joven falleció por las heridas recibidas unas horas después. La policía dijo que la familia de McClay estaba "muy sorprendida y angustiada" y pidió privacidad para llorar su muerte.