Según se conoció recientemente, la justicia estadounidense había vigilado al periodista de la cadena de noticias Fox News James Rosen, monitoreando sus conversaciones telefónicas, controlando a través de la base de datos su presencia física en la Oficina de Relaciones Exteriores de EE.UU. e incluso interceptando su correo electrónico. Además, ordenó la grabación durante dos meses de los registros telefónicos de periodistas y editores de la agencia de noticias de AP.
La revelación de estos hechos provocó una indignación profunda de los medios de comunicación, lo que obligó al presidente Obama a advertir en un discurso que los reporteros no deberían estar en riesgo jurídico por hacer su trabajo y responsabilizar al fiscal general de EE.UU., Eric Holder, de revisar las regulaciones del Departamento de Justicia acerca de las investigaciones que involucren a los periodistas.
Sin embargo, la revisión prometida por la justicia estadounidense no tardó en generar escepticismo en los medios de comunicación locales ya que no solo se trata de que el registro de los correos electrónicos privados del reportero de Fox fue aprobado "al más alto nivel" del Departamento, sino que Eric Holder, la persona responsabilizada por Obama de llevar la reforma a cabo, fue quien firmó la controvertida orden. Según detalla la cadena NBC News, el argumento formal que permitió hacerlo fue la Ley de Protección de Privacidad, que estipula las circunstancias bajo las cuales se pueden extraer informaciones de los medios de comunicación.
James Rosen fue calificado de cómplice criminal de un empleado del Departamento de Estado, Jin-U Kim, sospechoso de haber proporcionado datos del informe secreto sobre Corea del Norte a la prensa en 2010. Según formuló el FBI, Rosen "alentó" a Kim a proporcionarle la información. Sin embargo, no hay acusaciones oficiales formuladas contra el periodista de Fox. En cuanto a las escuchas de AP, por el momento el Departamento de Justicia no ha hecho públicos los fundamentos formales de su decisión.