El 'top ten' de aterrizajes 'milagrosos'

Las últimas 24 horas han estado marcadas con varios contratiempos aéreos. Un Airbus A320 húngaro con 162 personas a bordo aterrizó de emergencia en el aeropuerto romano de Fiumicino, ya que no se le abría la parte izquierda del tren de aterrizaje.
El aterrizaje no ha sido muy 'suave' y la nave se quedó inclinada sobre un ala, pero el incidente ha dejado un saldo de solo tres heridos.

Otro Airbus A320, de JetBlue Airways, que iba de Boston a Florida recibió el impacto de un rayo en pleno vuelo. Intentó aterrizar en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy de Nueva York, pero no pudo hacerlo debido a condiciones meteorológicas complicadas y fue desviado otra vez, al Aeropuerto Internacional de Newark, en Nueva Jersey. Sobrevoló el aeropuerto varias veces para agotar el combustible y finalmente pudo aterrizar. No hubo heridos entre los 148 pasajeros y 5 tripulantes que iban a bordo.

Según las estadísticas, el número de catástrofes aéreas sin víctimas es mucho mayor de lo que se piensa. A continuación les ofrecemos una selección de los aterrizajes más 'milagrosos'.


29 de abril de 2011

El 29 de abril de 2011, nada más despegar del aeropuerto militar de Chkálovski, en los alrededores de Moscú, un avión Tu-154 empezó a inclinarse hacia los lados. Los pilotos intentaron estabilizarlo, pero la aeronave siguió dando bandazos. La tripulación emprendió un intento de aterrizaje, pero sin éxito. Milagrosamente, unos minutos después, el Tu-154 logró tocar tierra sin sufrir daños. Según los datos previos, durante el vuelo falló el sistema de control de la aeronave. A bordo no había pasajeros y ningún miembro de tripulación sufrió lesiones.

30 de julio de 2011

El vuelo 523 de Caribbean Airlines del 30 de julio de 2011 seguía la ruta desde Nueva York (EE.UU.) a Georgetown (Guyana). Los pilotos de la nave, una Boeing 737-800, la hicieron aterrizar en el Aeropuerto Internacional Cheddi Jagan, pero no lograron detenerla debido al clima lluvioso. El avión se salió de la pista e impactó contra la valla perimetral. Se detuvo cien metros después de la cabecera de pista tras pasar por encima de una carretera y romperla en dos secciones. Afortunadamente, no se produjo un incendio y solo siete de los 157 pasajeros y seis tripulantes resultaron heridos.


8 de septiembre de 2010

El 8 de septiembre de 2010 el avión de pasajeros Tu-154 de la compañía rusa Alrosa realizaba un vuelo desde el aeropuerto siberiano de Poliarni a la capital rusa, Moscú, cuando fallaron todos sus sistemas: de navegación, radiocomunicación y en general el suministro eléctrico. La nave estaba a una altura de 10.000 metros y tenía 72 pasajeros a bordo. Sin embargo, los pilotos lograron realizar un aterrizaje milagroso en plena taiga en una pista estrecha no destinada a aviones grandes que estaba en desuso a lo largo de la última década y rodeada de un espeso bosque de pinos. Nadie resultó herido en el accidente.

15 de enero de 2009

El 15 de enero de 2009 el vuelo 1549 de US Airways de Nueva York a Charlotte (Carolina del Norte), con 150 pasajeros y cinco tripulantes a bordo, chocó contra una bandada de gansos poco después del despegue y perdió la potencia de sus dos motores. 40 segundos más tarde el capitán, Chesley Sullenberger, hizo un amerizaje sobre las heladas aguas del río Hudson. Ninguno de los pasajeros resultó herido. Permanecieron en las alas de la nave hasta que numerosas lanchas que acudieron el lugar les evacuaron. El incidente recibió el nombre de "milagro del Hudson".



17 de enero de 2008

El vuelo 38 de British Airways de Pekín a Londres con 136 pasajeros y 16 tripulantes a bordo empezó a descender en el aeropuerto de Heathrow, pero perdió el control. Según se reveló luego, durante el vuelo se habían formado cristales de hielo en el combustible y los motores perdieron fuerza. La tripulación voló en planeador para que no se chocara contra los edificios. Lograron sobrevolar las autopistas vecinas, en una de las cuales iba en ese momento el coche que estaba transportando al entonces primer ministro británico Gordon Brown. Aterrizaron en el césped, unos 270 metros más allá de la pista de aterrizaje. El único daño fueron heridas leves en cuatro tripulantes y 15 pasajeros.



7 de abril de 1994

El vuelo 705 de carga de FedEx desde Memphis (Tennessee) a San José (California) sufrió un intento de secuestro. Auburn Calloway, un empleado de FedEx que se enfrentaba a un posible despido, solicitó a su empresa que le desplazara en el vuelo de carga. Portaba un estuche de guitarra donde llevaba varios martillos y un arpón. Tenía la intención de, una vez en el aire, matar a la tripulación de forma que pareciese un accidente en lugar de un secuestro. A continuación estrellaría el avión y, tras morir fruto de un 'accidente', su familia percibiría la indemnización del seguro de vida valorado en 2,5 millones de dólares a pagar por FedEx.

Llegó a atacar a algunos pilotos, que sufrieron heridas muy graves, pero lograron reducir a Calloway y aterrizar el avión. Calloway fue condenado a dos cadenas perpetuas consecutivas. El equipo se quedó con lesiones permanentes y no ha vuelto a volar profesionalmente.

10 de junio de 1990

El vuelo 5390 de British Airways de Birmingham (Reino Unido) a Málaga (España) con 81 pasajeros y seis tripulantes a bordo, sufrió la rotura del parabrisas del lado del capitán a 5.000 metros de altitud 13 minutos después de despegar. Entonces se dio una descompresión explosiva que succionó al capitán, Tim Lancaster, hacia afuera y lo dejó atorado en el agujero de la cabina, con los pies atrapados en el mando del control. Miembros de la tripulación intentaron agarrar a Lancaster y llevarlo hacia dentro, pero no lo consiguieron y este se quedó atrapado. Según la grabadora de voces de cabina, le consideraron muerto y en un primer instante quisieron dejar que su cuerpo saliera volando, pero concluyeron que era demasiado arriesgado porque podría ser absorbido por los motores o dañar las alas. Además, tapaba parcialmente la brecha en el parabrisas.

Mientras, el copiloto Alistair Atcheson tomó el mando manual de la nave. Logró aterrizar en el aeropuerto más cercano, de Southampton, a pesar de que las pistas eran más cortas de lo que se necesitaba para el BAC 1-11 que estaba pilotando. Ninguno de los pasajeros resultó herido. Una vez en tierra, otro 'milagro' tuvo lugar: descubrieron que Lancaster estaba vivo. Posteriormente se supo que la avería tuvo lugar porque el personal de mantenimiento colocó el parabrisas siniestrado con tornillos medio milímetro más pequeños de los que requiere un BAC 1-11.

19 de febrero de 1985

Después de 10 horas en el aire, uno de los motores del Boeing 747 que realizaba el vuelo 006 de China Airlines de Taipéi a Los Ángeles, con 243 pasajeros y 25 tripulantes a bordo, falló. La nave se fue a pique, el avión descendió 3.000 metros de golpe. Los pilotos pudieron recuperar el control de la nave cuando estaba a una altura de 2.800 metros. Realizaron el aterrizaje de emergencia en San Francisco. El accidente causó solo dos heridos.

24 de junio de 1982

El Vuelo 009 de British Airways de Heathrow (Londres) a Auckland (Nueva Zelanda) penetró en una nube de ceniza volcánica procedente de la erupción del Monte Galunggung (situado a unos 180 km al sureste de Yakarta, Indonesia). Como consecuencia, los cuatro motores propulsores del Boeing 747 se pararon. En la cabina de los pilotos no funcionaron las máscaras de oxígeno. El comandante Eric Moody decidió descender a una velocidad de 1.800 metros por minuto hasta una altitud donde la presión exterior fuera la suficiente para respirar con normalidad.

A una altura de 4.100 metros consiguieron arrancar uno de los motores y usaron su potencia para reducir la tasa de descenso. Luego, pudieron arrancar los demás motores y la nave pudo aumentar la altitud y esquivar las grandes montañas indonesias. Sin embargo, los motores volvieron a sufrir el mismo problema y uno de ellos dejó de funcionar por completo. A medida que el Vuelo 009 se aproximaba a Yakarta, la tripulación se encontró con la dificultad añadida de no ver nada a través del parabrisas, y tuvo que realizar una maniobra de aproximación guiándose solo con los indicadores de la nave pero sin ver nada. El aterrizaje fue exitoso y nadie resultó herido.

21 de agosto de 1963

Poco después de que un Tu-124 con 45 pasajeros y 7 tripulantes a bordo despegara del aeropuerto de Tallin (Estonia) y se dirigiera hacia Moscú, el capitán, Víktor Mostovói, descubrió que el tren delantero de aterrizaje no podía cerrarse bien y se quedó bloqueado. El punto de control de vuelos decidió que se debía interrumpir el vuelo y realizar un aterrizaje en Leningrado (actualmente, San Petersburgo). Una vez en el espacio aéreo de Leningrado, la nave empezó a dar vueltas, para agotar el combustible y reducir el riesgo de incendio durante el aterrizaje forzoso. Sin embargo, no pudieron hacer bien los cálculos (al menos, según la versión oficial) y los motores se pararon antes de la hora calculada por el déficit de combustible cuando el Tu-124 estaba sobrevolando el centro de la ciudad. Sin otra opción, el avión amerizó en las aguas del río Nevá. Nadie resultó herido. Fue uno de los primeros casos en la historia de amerizaje de emergencia exitoso de un avión civil. Debido al accidente, Mostovói fue despedido de la aviación.