El plan, cuyo costo se estima en millones de shéquels, tiene como finalidad conseguir que la región sea más atractiva para los turistas. En ese tramo del río se encuentra el lugar conocido como Qaser el Yehud, cerca de la ciudad cisjordana de Jericó, donde se cree que San Juan bautizó a Jesús. Miles de peregrinos visitan cada año ese sagrado y legendario lugar.
Críticas por la falta de transparencia en el proyecto
Los activistas ambientales, que generalmente aplauden este tipo de esfuerzos, criticaron a las autoridades israelíes por este proyecto, que, en su opinión, carece de transparencia.
El objetivo de 30 millones de metros cúbicos anuales "no se aproxima a los 220 millones de metros cúbicos que, según nuestros cálculos, serían realmente necesarios", asegura Gidon Bromberg, director israelí de la organización ambientalista Amigos de la Tierra Oriente Medio.
"No podemos aceptar el proceso que se está llevando a cabo, ya que no avanza de manera transparente e impide el debate público, que es lo que realmente se necesita para la rehabilitación ecológica de las aguas del bajo Jordán", agregó.
Desviación de aguas, causa de conflictos entre países vecinos
El elemento hídrico ha sido, durante años, un factor geopolítico de vital importancia para Israel y el desvío de aguas pertenecientes a la cuenca del Jordán, compartido por israelíes, sirios, jordanos y palestinos, ha sido causa de conflictos en la región.
En la década de 1950 Israel creó el Acueducto Nacional, un ambicioso proyecto para canalizar la corriente del Jordán con el fin de distribuirla entre la población en expansión. Los países vecinos resultaron los más perjudicados del plan israelí.
En 1964, Israel empezó a operar una presa que desviaba agua procedente del Mar de Galilea, uno de los principales proveedores de agua para el río, hacia el mencionado Acueducto Nacional de Israel. Siria y Jordania, indignados con la acción de su vecino, decidieron emprender la construcción de una represa para desviar de la cuenca la corriente de agua de los ríos Yarmouk y Baniyas y frustrar el plan de Israel. Años más tarde, en la Guerra de 1967, también conocida como la Guerra de los Seis Días, Israel bombardeó y destruyó esa represa antes de que se completara su construcción. Además, ocupó los Altos del Golán, Cisjordania y la Franja de Gaza.