El cable de remolque del navío se rompió en enero pasado, cuando estaba siendo trasladado desde Canadá con destino a la República Dominicana, donde iba a ser desguazado.
La embarcación abandonada fue descubierta por satélite en febrero. Un nuevo cable fue atado a la nave por un barco de abastecimiento petrolero. Pero dado que el Lyubov Orlova estaba en aguas internacionales, las autoridades de transporte canadienses ordenaron que fuera soltado.
Su pista permanece perdida desde el 12 de marzo, cuando se registró la señal de una de sus balizas de emergencia.
Algunos expertos sugirieron que el Lyubov Orlova podría haber naufragado, por lo que el grupo ecologista francés Robin des Bois dio la voz de alerta ante la amenaza medioambiental.
En 2010 el crucero fue retenido en Canadá en medio de una disputa entre el propietario ruso y la empresa arrendataria norteamericana. Los tripulantes del Lyubov Orlova no pudieron salir de la nave durante mucho tiempo ni percibir sus salarios en varios meses.
Posteriormente la nave, de 90 metros de eslora, fue subastada a unos empresarios iraníes.
El crucero, nombrado en honor de una actriz rusa de los años 1930, fue construido por la Unión Soviética en 1976 y tras la desintegración del país fue rediseñado para lujosos cruceros al Ártico y la Antártida.