La resolución fue aprobada por 36 votos a favor, uno en contra (el de la delegación venezolana) y ocho abstenciones. Rusia, que ha criticado la resolución, este año no es miembro del Consejo y no participó en la votación.
El Consejo "condena la participación de combatientes extranjeros en apoyo al régimen sirio en [la ciudad de] Al Quseir", según el documento de las Naciones Unidas, que se refiere de esta manera a los presuntos miembros de Hezbolá. La resolución fue discutida en una sesión de emergencia convocada por iniciativa de Qatar, Turquía y EE.UU., países que apoyan abiertamente a los rebeldes sirios.
Sin embargo, desde el comienzo del conflicto sirio, en marzo de 2011, se ha denunciado en varias ocasiones que entre los rebeldes hay un gran número de ciudadanos extranjeros armados por otros países.
Recientemente la Unión Europea no ha prorrogado
el embargo de armas sobre Siria, abriendo la posibilidad de suministrar armamento directamente a los grupos rebeldes, una iniciativa calificada por Rusia de contradictoria a los derechos internacionales y al Tratado sobre el Comercio de Armas (que prohíbe vender armamento a sujetos no gubernamentales sin el consentimiento de las autoridades locales).