La misión de carácter instructivo-militar consistirá en comprobar el nivel de preparación para el combate de las cabezas nucleares, a través de lanzamientos de prueba de misiles diseñados para la destrucción de objetivos espaciales y su simultánea expulsión a la órbita terrestre.
Además Yegórov aseguró que durante las operaciones se realizarán disparos de prueba que ayudarán en el desarrollo de modelos avanzados de las diferentes tecnologías de misiles y al mismo tiempo prolongarán la durabilidad de los que están actualmente en los silos y lanzaderas.
Según el coronel, ocho de estos lanzamientos se realizará desde la base de conexión de misiles de Yasnenski y el cosmódromo de Baikonur. Estas previsiones superan lo comunicado días atrás por el coronel general y jefe de la RVSN, Serguéi Karakátev, que aseguró que este año se lanzarían un total 11 misiles.
Así, estas prácticas triplicarán a las realizadas en 2012, incluidas las de diciembre de 2011, cuando se dispararon cinco misiles de largo alcance, tres de los cuales probaron los modelos en desarrollo y la eficiencia de las armas rusas para superar los sistemas antimisiles.
Cuatro días atrás, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu organizó una inspección sorpresa del estado de preparación para el combate del Ejército, entrando en situación de alerta tanto las tropas de las Fuerzas Aéreas como las del Ejército Aeroespacial.