La cepa fue detectada ya el pasado mes de abril, pero los resultados del análisis aparecieron solo el 30 de mayo. Esos resultados indican que la variedad de trigo modificado genéticamente fue desarrollada años atrás pero no está aprobada para la venta ni el consumo. Una comisión gubernamental está investigando cómo pudieron aparecer los granos en ese campo.
Estados Unidos es el mayor exportador del mundo y el inquietante descubrimiento alertó a los países importadores. Japón, el segundo comprador de este cereal de EE.UU. después de México, incluso canceló parcialmente la licitación para comprar el grano estadounidense.
La Unión Europea importa más de un millón de toneladas de trigo al año de EE.UU., de las que la mayoría tienen como destino España. La Comisión Europea recomendó que se establezcan controles para determinar si el trigo transgénico ha penetrado en Europa.
El consorcio de Monsanto llevó a cabo experimentos genéticos con el trigo entre los años 1998 y 2005. Pero a causa de una gran oposición mundial, en este momento no hay variedades de trigo transgénico aprobadas para la venta o en producción comercial, ni en Estados Unidos ni en ningún otro país.
En cambio, un 92% de la soja y un 88% del maíz que se cultiva en EE.UU. son genéticamente modificados.