Actualmente, cuando Turquía vive una ola de protestas violentas jamás vista en el país, Ankara ha sido criticada por la violencia con la que ha reprimido las protestas y por haber utilizado gas lacrimógeno y gas pimienta para dispersar a los manifestantes.
El viceprimer ministro turco, Bulent Arinc, se disculpó este martes por el tratamiento inicial de los manifestantes que protestaban por el proyecto de demolición del parque Taksim Gezi Park para construir un centro comercial. Dijo que la Policía actuó mal, y añadió que las Fuerzas de Seguridad han recibido la orden de no utilizar gases lacrimógenos salvo en casos de legítima defensa.
EE.UU., el principal suministrador
La organización Amnistía Internacional criticó el Departamento de Estado de EE.UU. por haber aprobado licencias de exportación de municiones para el control de masas y gases lacrimógenos a Egipto en medio de la represión violenta, y a menudo letal, contra manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad en 2011.Amnistía Internacional confirmó que empresas estadounidenses habían enviado 21 toneladas de municiones a Egipto (suficiente para disparar 40.000 granadas de gases lacrimógenos), además de otro envío de 17,9 toneladas.
Solo en 2013, el Ministerio del Interior de Egipto encargó 140.000 latas de gas lacrimógeno a EE.UU., por un valor de cerca de 2,5 millones de dólares.