Es el primer caso de muerte de un representante de las fuerzas de seguridad turca desde el comienzo de las manifestaciones contra el Gobierno del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.
Durante los siete días de manifestaciones callejeras que en ocasiones se han transformado en violentos enfrentamientos con los agentes de seguridad, que usaban gases lacrimógenos y cañones de agua, se ha registrado la muerte de tres manifestantes.Más de 3.000 personas han resultado heridas.
Las autoridades turcas han pedido disculpas por el uso excesivo de la fuerza policial durante la dispersión de las manifestaciones pero los manifestantes no las han aceptado y han presentado una lista de peticiones que incluye la prohibición del uso de gas lacrimógeno por parte de los policías, la liberación de los manifestantes detenidos y el levantamiento de las restricciones a la libertad de expresión.