En Argentina sacaron a subasta los objetos que pertenecieron al polémico líder de la nación, el ex presidente Juan Domingo Perón y a su esposa, Maria Eva Duarte de Perón, 'Evita'.
Un amigo y confidente del general, Mario Rotundo, el presidente de la Fundación por la Paz y la Amistad de los Pueblos, creó un sitio web, en el marco del proyecto 'Subastas del Bicentenario, Perón y Evita Solidarios', donde se pueden encontrar 15.000 objetos personales de Perón y 'Evita'.
Cartera de mano de tela bordada. Formó parte de la multitud de obsequios recibidos por Evita durante su gira europea como primera dama en 1947.
Algunos de los bienes subastados acompañaron la trayectoria de Perón y Evita en gran parte de su vida. Entre ellos figuran la camisa guayabera de Perón, el primer mensaje manuscrito a los argentinos a su regreso al país, un alhajero de Evita obsequiado por la actriz francesa, Josephine Baker, además de la simbólica Bandera Justicialista con el escudo de la Lealtad, parte de la Biblioteca del General, colecciones discográficas y otras prendas de uso doméstico.
Alhajero de porcelana de Limoges, pintado a mano, regalado a Evita por la actriz francesa Josephine Baker, valorado en 29.500 pesos, unos 8.000 dólares
La venta pública está organizada con fines benéficos y cualquier persona que desee adquirir uno de esos valiosos lotes tiene que acceder a la página www.peronyevasolidarios.org.ar.
Entre los destinatarios de las donaciones están hospitales, dispensarios, hogares infantiles, geriátricos, centros de salud, bibliotecas y otras entidades públicas.
La radio portátil del general, que aún funciona. El precio es de 45.000 pesos argentino, equivalente a unos 13.000 dólares
A partir de 1990 el organizador de la subasta, Mario Rotundo, empezó a recolectar los objetos de Perón por distintas partes del mundo. Su derecho a administrar los bienes del general fue cuestionado por la segunda esposa del ex presidente, Isabel Martínez de Perón. Inicialmente ella le dijo que el deseo de su esposo era que precisamente él adquiriese su patrimonio, pero después de firmar la transferencia legal ante el notario, se arrepintió y presentó una demanda exigiendo que le devolviera todo. En 1999 la Justicia española puso el punto final al proceso, dándole razón a Rotundo.