Los comandantes a cargo de la prueba dispararon en dirección a la nave el nuevo Misil de Ataque Naval, un gran proyectil de unos 400 kilogramos de peso y cuatro metros de longitud.
El misil subsónico, que tiene un alcance de hasta 150 kilómetros, se estrelló directamente en la fragata con una precisión milimétrica.
El impacto produjo una enorme bola de fuego que elevó los escombros de la fragata a cientos de metros por el aire, causando graves daños en la embarcación. Minutos más tarde, el buque disparado fue remolcado de nuevo a puerto para estudiar las consecuencias del impacto.
Stig Klynderud, que supervisó las prácticas de tiro, dijo: "El daño a la nave fue el esperado y la limpieza de los escombros ha ido según lo planeado".
Los Misiles de Ataque Naval son la última generación de misiles del sistema de guerra de superficie de la empresa de defensa escandinava Kongsberg, y actualmente están siendo utilizados por la Marina noruega. Estos potentes misiles también pueden ser disparados desde los cazas F-35.