Los oligarcas rusos, criticados por una 'chica Bond'
Un oligarca está observando un desfile de moda en París.
En la pasarela están las modelos, ataviadas con vestidos muy exóticos.
Le preguntan:
- ¿Le gusta algo? ¿Ha elegido algún vestido ya?
- Pues sí, este.
- ¿Va a comprar?
- Sí. Que me lo envuelvan y junto con la modelo, por favor.
Olga Kurylenko, la ex compañera de James Bond, comenta que jamás saldría con un oligarca ruso. La modelo de fama mundial de origen ucraniano, que interpretó el papel de 'chica Bond' en la película 'Quantum of Solace', confiesa que le atraen los hombres artísticos, pero odia a los que intentan 'comprar' a una mujer.
En una entrevista concedida a Esquire Magazine, comentó: “Me gustan los hombres que pintan o escriben o hacen algo creativo. A mí no me gusta la mentalidad de los hombres rusos ricos. Por tener mucho dinero, piensan que pueden comprar a una mujer y sí, lo hacen. No son capaces simplemente de encontrar a una mujer y enamorarse de ella. Y es culpa de las mujeres, porque son ellas las que lo permiten. Es muy triste, porque cuando un hombre compra a una mujer de este modo, ¿cómo podrá respetarla si sabe cómo la conquistó?”
Sin embargo, por ahora, no comentó nada acerca de los ricos de otras naciones. Así que es posible que todavía tengan alguna oportunidad con Kurylenko.
Parece que la sociedad rusa suele compartir la opinión o al menos así lo muestran las frases hechas y los chistes populares:
La mujer de un oligarca está reprochando a su asistenta de la casa:
-¡Ah, te has metido en un lío! ¡Ya veo que estás embarazada!
-¿Y qué? Usted también.
- ¿Pero cómo te atreves a comparar? ¡Yo estoy embarazada de mi marido!
- Pues yo también. De tu marido.
Tres oligarcas, un estadounidense, un francés y un ruso, discuten cómo es la felicidad.
El estadounidense: "La Felicidad es un rancho, una familia, muchos hijos, tres perros y 500 búfalos".
El francés: "La felicidad es tener cinco amantes, una mansión en les Champs-Élysées y viñas en Gascuña".
El ruso: "Tíos, felicidad es cuando te despiertas por la mañana, abrazas a una rubia a tu izquierda, abrazas a otra rubia, a tu derecha. Te levantas, abres la caja de seguridad y ves que tu dinero está en su lugar. Te sirves una copa de coñac por unos 2.000 dólares la botella, sales al balcón de tu mansión de cuatro pisos y ves que todo está bien: hace sol, los Ferrari relucen. Y de repente te echan la puerta abajo brigadas de hombres armados de servicios de seguridad estatales, se paran y te preguntan: ¿Oye, tío, es el número 8 de la calle Ukólova? Y tú respondes con gusto: No, ¡es número 9!”
Hablan dos modelos:
-¿Y a ti, te gustaría casarte con aquel oligarca?
- A mí me encantaría ser su viuda.