Todas las detenciones realizadas han tenido lugar en la ciudad turca de Adana. De conformidad con la versión oficial, los blogueros "estaban planificando actos maliciosos instigando a la población a acciones provocadoras" y aprovechaban las redes sociales para "avivar la ira y el furor".
En particular, sostiene la Dirección de Seguridad local, los activistas publicaron sus mensajes "malintencionados" durante las recientes manifestaciones. A través de ellos, instigaban a los vecinos a atacar las sedes del partido gobernante y de la Policía, según la versión oficial.
Los activistas recién detenidos se suman a más de una veintena de internautas que permanecen bajo arresto desde los primeros días de la multitudinaria protesta en Adana, que coincidió con las de Estambul y Ankara. Todos ellos han sido identificados por sus direcciones IP.
La persecución de los usuarios fue aprobada al nivel más alto del Ejecutivo turco. Unos días antes el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, había tachado la red de Twitter de "perturbadora" y fuente de información falsa.