Este viernes la Casa Blanca anunció que el Gobierno de Bashar al Assad ha "cruzado la línea roja" al usar armas químicas en el conflicto sirio, por lo que EE.UU. "se ve en la obligación de responder".
Por su parte Francia, uno de los aliados de Washington, señaló que el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Siria no es posible sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, que "es poco probable por el momento".
No obstante, la información que indica la presunta responsabilidad del Gobierno sirio en el uso de armas químicas es falsa, afirmó el jefe del Comité para Asuntos Internacionales de la Duma de Rusia, Alexéi Pushkov.
"Los datos sobre el uso de armas químicas por parte de Al Assad es igual de falsa que la mentira de que Hussein tenía armas de destrucción masiva", indicó el alto legislador ruso.
Entre tanto, el vice asesor para la seguridad del presidente estadounidense, Ben Rhodes, dijo que la introducción de una zona de exclusión aérea no es una solución eficaz para resolver el conflicto, y podría resultar mucho más costosa que la implementada en Libia.
Después de comprobar, según informes, que las fuerzas de Al Assad han usado armas químicas, la Administración de Obama decidió suministrar armamento a los rebeldes, además de los planes para ampliar "el alcance y la escala de la ayuda" e incluso ofrecerle "asistencia directa" al Consejo Militar Supremo de la oposición siria.
El Gobierno y la oposición armada en Siria se acusan mutuamente de emplear armas prohibidas en el conflicto que afecta a ese país que, según la ONU, se ha cobrado ya 93.000 vidas humanas.