Según el analista internacional Carlos Aznárez, "el aumento de la tarifa del pasaje en ómnibus de Brasil es una respuesta que ha dado el Estado después de varios intentos de tratar de dialogar con los empresarios. Pero es evidente que lo que ha estado haciendo el Gobierno de Brasil es frenar durante décadas una posibilidad de que el país se desarrolle en serio".
El Gobierno de Brasil ha frenado durante décadas una posibilidad de que el país se desarrolle en serio
Aznárez está seguro de que cada vez se va a extender más este conflicto hasta que "se gaste menos en fútbol y megaproyectos, y que se invierta más en educación, en salud, en vivienda y sobre todo que se pare la represión policial".
Respecto a las declaraciones de la presidenta del país, Dilma Rousseff, de que los manifestantes deben ser escuchados, el analista aclaró que "evidentemente el partido oficialista tiene una dificultad interna muy grande. Por un lado la presidenta dice eso y por otro lado el alcalde de São Paulo califica a los manifestantes de terroristas, algo muy parecido a lo que ha dicho Erdogan en Turquía con los propios manifestantes".
"Entonces evidentemente la presidenta se da cuenta de que si no se dialoga, si no se habla con los jóvenes, trabajadores, campesinos, el problema va a ir creciendo", denuncia.
"Brasil tiene grandes éxitos a nivel internacional pero que para el propio pueblo brasileño no le trae ningún beneficio", resume el experto.