Según la agencia de noticias Xinhua, las autoridades judiciales han aprobado una serie de leyes que simplifican la investigación y el procesamiento de estos casos, con el fin de combatir las "laxas y superficiales" leyes de protección del medio ambiente y de frenar el descontento social por la contaminación.
A diferencia de lo que estipulaba la legislación anterior, en las nuevas leyes los "delitos contra la protección del medio ambiente y de los recursos naturales" se definen claramente como "cargos criminales", mientras que en los casos "más graves" podrían implicar la pena de muerte, asegura la agencia.
Además, de acuerdo con la nueva normativa, una persona puede ser juzgada y condenada si es responsable de un "daño grave" a otra persona mediante la contaminación, mientras que antes se podía sentenciar al acusado solamente si la víctima fallecía.
De esta forma, el Gobierno busca frenar el daño causado por las industrias, en su mayoría relacionados con el sector minero y petroquímico, que contribuyeron al milagro económico del país de las últimas tres décadas. El mandatario de la nación, Xi Jinping, ya expresó que China "no va a sacrificar el medio ambiente por el crecimiento económico temporal".
Según un informe publicado en abril de 2010 por el Global Burden of Disease (organismo que evalúa las tasas de mortalidad globales), la contaminación del aire en China, el primer país emisor de dióxido de carbono del mundo, contribuyó a un total de 1,2 millones de muertes prematuras en 2010, casi el 40 por ciento del total global.
En marzo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico aseguró que "para el año 2050 la contaminación del aire urbano se convertirá en la principal causa ambiental de la mortalidad en todo el mundo", y estima que hasta 3,6 millones de personas podrían morir prematuramente cada año a causa de la contaminación del aire, principalmente en China y la India.