Se trata del primer estudio que establece una conexión directa entre el consumo de transgénicos y daños estomacales de los animales, y sus resultados validan otro experimento a cargo de científicos franceses sobre los efectos en ratas alimentadas con maíz OGM.
Durante los cinco meses que duró el estudio los científicos del Instituto del Instituto de Salud y Medioambiente de Australia alimentaron a un grupo de cerdos con una mezcla de maíz trangénico de Monsanto y 'Roundup Ready' soja de Monsanto. La selección de esta mezcla se debe a que es una de las más populares que se utiliza en la ganadería. Otro conjunto de cerdos, el grupo de control, fue alimentado con productos naturales.
Los resultados del estudio llamaron la atención de los científicos, ya que los cerdos alimentados con transgénicos acabaron presentando un útero un 25% más pesado y mostraban una tasa de inflamación estomacal dos veces más alta. Entre las posibles patologías se registraron hiperplasia endometrial, endometritis, endometriosis, adenomiosis, engrosamiento de la miometrio y pólipos.
"Los cerdos alimentados con transgénicos corrían un riesgo inflamación estomacal 2,6 veces
mayor que el de los cerdos del grupo de control. Los varones resultaron más seriamente afectados. Las hembras resultaron ser 2,2 veces más propensas a la inflamación estomacal, mientras que los varones lo fueron cuatro veces más", explica Judy Carman, la jefa del estudio, subrayando que el estudio, el primero que abarca un periodo tan prolongado, tiene una gran importancia estadística y biológica.
Carman tambiñen señala que estos datos nunca aparecieron antes en pruebas bioquímicas hechas en Monsanto o en los estudios controlados por la industria transgénica y que las pruebas bioquímicas estandartizadas proporcionan datos escasos sobre la inflamación y el tamaño del útero.