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Un intruso en la OTAN: Turquía se interesa por un sistema antiaéreo chino
El Ministerio de Defensa turco está considerando seriamente la compra de sistemas de misiles antiaéreos chinos HQ-9, pese a que estos no podrán integrarse en la arquitectura informática de la OTAN.
Según los encargados de compras de armamento y material turcos, el arma china cumple con todos los requisitos técnicos de Turquía y su coste es significativamente menor que sus análogos extranjeros, informa el portal Defense News.
Además, China estaría dispuesta a transferir a Turquía la tecnología de producción. El ministro de Defensa turco, Ismet Yilmaz, y el primer ministro Recep Tayyip Erdogan tomarán la decisión final sobre la adquisición de sistemas bélicos fabricados por un país que no pertenece a la OTAN.
En enero de 2013 el Ministerio de Defensa de Turquía cerró la licitación para el suministro de 12 sistemas de misiles antiaéreos por un importe de 4.000 millones de dólares. Las autoridades turcas decidieron desarrollar su propio sistema de defensa con la ayuda de un socio extranjero.
En la licitación participaron los consorcios estadounidenses Raytheon y Lockheed Martin, con su sistema Patriot, la compañía rusa Rosoboronexport, con el S-300, el consorcio chino Precision Machinery Export-Import Corporation, con HQ-9 (clon modificado del S-300V) y el europeo EuroSam, fabricante de SAMP/T Aster 30.
Según Defense News, el concurso no concluyó, sino que cambiaron sus condiciones. Anteriormente se había informado que el Ejército turco estaba dispuesto a optar por el sistema ruso, pero funcionarios de la OTAN recomendaron al país abstenerse de esta compra.
Cabe señalar que la mayoría de los radares y sistemas de defensa antiaérea turcos cumplen los estándares de la OTAN. Sin embargo, si Turquía decide adquirir los HQ-9 chinos, no podrá integrarlos en su propio sistema de defensa antiaéreo, por el sencillo hecho de que los países de la OTAN rechazarán entregar al fabricante chino la información técnica necesaria para integrar sus HQ-9 al sistema antiaéreo global.
Los sistemas chinos podrán rastrear el espacio aéreo sólo con su propio radar, pero sin integrarse en el sistema de defensa aéreo nacional su eficacia podría reducirse.
Además, China estaría dispuesta a transferir a Turquía la tecnología de producción. El ministro de Defensa turco, Ismet Yilmaz, y el primer ministro Recep Tayyip Erdogan tomarán la decisión final sobre la adquisición de sistemas bélicos fabricados por un país que no pertenece a la OTAN.
En enero de 2013 el Ministerio de Defensa de Turquía cerró la licitación para el suministro de 12 sistemas de misiles antiaéreos por un importe de 4.000 millones de dólares. Las autoridades turcas decidieron desarrollar su propio sistema de defensa con la ayuda de un socio extranjero.
En la licitación participaron los consorcios estadounidenses Raytheon y Lockheed Martin, con su sistema Patriot, la compañía rusa Rosoboronexport, con el S-300, el consorcio chino Precision Machinery Export-Import Corporation, con HQ-9 (clon modificado del S-300V) y el europeo EuroSam, fabricante de SAMP/T Aster 30.
Según Defense News, el concurso no concluyó, sino que cambiaron sus condiciones. Anteriormente se había informado que el Ejército turco estaba dispuesto a optar por el sistema ruso, pero funcionarios de la OTAN recomendaron al país abstenerse de esta compra.
Cabe señalar que la mayoría de los radares y sistemas de defensa antiaérea turcos cumplen los estándares de la OTAN. Sin embargo, si Turquía decide adquirir los HQ-9 chinos, no podrá integrarlos en su propio sistema de defensa antiaéreo, por el sencillo hecho de que los países de la OTAN rechazarán entregar al fabricante chino la información técnica necesaria para integrar sus HQ-9 al sistema antiaéreo global.
Los sistemas chinos podrán rastrear el espacio aéreo sólo con su propio radar, pero sin integrarse en el sistema de defensa aéreo nacional su eficacia podría reducirse.
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