"Creemos que más tropas en la región no van a ayudar, sobre todo ahora, cuando hemos conseguido un acuerdo con los estadounidenses para lograr que las partes se sienten a la mesa de negociaciones para empezar a poner en marcha un diálogo", dijo Kalugin al diario británico 'The Financial Times'. Este diplomático ejerce las funciones de embajador de Rusia en Jordania desde 2006, mientras que antes, en 2003-2006, había ocupado el cargo de representante especial del ministro de Exteriores para Oriente Medio.
De hecho, Kalugin comentó las palabras del primer ministro de Jordania, Abdullah Ensour, quien el sábado pasado reconoció oficialmente que Ammán permite la estancia de 900 militares de EE.UU. en el país, de los que 200 se entrenan para manejar un posible ataque químico procedente de Siria. Los otros 700 efectivos se ocupan de las baterías de misiles Patriot, los cazas multifuncionales F-16 y otros sistemas de defensa que EE.UU. dejó en Jordania después de los simulacros militares 'Eager Lion', que terminaron el pasado 20 de junio.
Rusia ya mostró su preocupación por el despliegue de los Patriot y F-16 en Jordania. "Hemos manifestado en reiteradas ocasiones nuestra opinión al respecto: se despliegan armas extranjeras en una región explosiva", señaló el portavoz de la Cancillería rusa, Alexander Lukashévich.
Mientras tanto, los funcionarios jordanos siguen negando que tengan algún plan para participar en una zona de exclusión aérea en Siria. Ensour también subrayó que Jordania no tiene nada que ver con el entrenamiento de la oposición siria. "Con los únicos sirios con los que tratamos en nuestro país son los refugiados", aseguró.