En una reunión convocada en el Palacio presidencial de Planalto para responder a las demandas de los manifestantes, Rousseff propuso cinco grandes "pactos" a los 27 gobernadores y 26 alcaldes que asistieron al encuentro.
Los cinco puntos
El primero de ellos se refiere a la necesidad de mantener la "responsabilidad fiscal para garantizar la estabilidad económica y el control de la inflación".
El segundo aspecto está relacionado con la "construcción de una amplia reforma política que amplíe los horizontes de la ciudadanía", para la cual propuso un plebiscito "que autorice un proceso constituyente específico para la reforma política", pues "Brasil está maduro para avanzar" en esa dirección.
En ese marco, Rousseff aseguró que se debe dar prioridad especial a combatir la corrupción y propuso establecer penas más severas para los delitos relacionados con la malversación de fondos públicos.
El tercer "pacto" se refiere a la salud, un área en la que pidió "acelerar las inversiones" previstas y reafirmó su intención de contratar a médicos extranjeros para que trabajen en las ciudades y regiones "que más precisan mejorar la atención".
Respecto al transporte público, que fue el detonante de las protestas debido a un alza en el valor del billete en Sao Paulo, propuso "avanzar más rápido" en la construcción de metros, trenes y otros medios de transporte público e invitó a alcaldes y gobernadores a estudiar nuevas desgravaciones de impuestos, similares a las que ya ha establecido el Gobierno federal en ese ámbito.
El quinto punto lo centró en la educación, un campo en el que reiteró que su Gobierno pretende mejorar los presupuestos mediante una propuesta que está tramitando el Parlamento.
Esa propuesta plantea que el 100% de las regalías que generen las riquezas petroleras atesoradas en aguas profundas del Atlántico se destinen a la educación.
En ese sentido, dijo confiar en que "los señores congresistas aprobarán eso con la debida urgencia constitucional".