Es un escenario muy semejante y opresivo de cómo la máquina de propaganda estatal desvía la atención de manera bastante eficaz de donde debe estar, que es el efecto de que ya no haya privacidad en Estados Unidos
“Creo que para aquellos de nosotros que sí nos preocupamos por la libertad de información, la protección de fuentes y el cese a la vigilancia total por el Gobierno, este ha sido un tiempo de soledad. Y creo que una de las cosas más preocupantes ha sido que las preguntas serias que se deben hacer no se hacen”, dijo Hedges.
Resaltó que la 'soap opera' que se está desarrollando respecto al paradero del ex técnico de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional, quien llegó de Hong Kong a Moscú, y posiblemente se dirige rumbo a Cuba o Ecuador, “repite el guión del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y de Bradley Manning, quien denunció crímenes de guerra y está siendo juzgado por un tribunal militar en Maryland”.
Eso quiere decir que se está desvaneciendo cualquier posibilidad de arrojar luz sobre el funcionamiento interno del poder
“Es un escenario muy semejante y opresivo de cómo la máquina de propaganda estatal desvía la atención de manera bastante eficaz de donde debe estar, que es el efecto de que ya no haya privacidad en Estados Unidos”, comentó.
“Que el Gobierno siga prácticamente toda la comunicación de los estadounidenses significa que no puedo trabajar”, agregó el periodista.
Según él, Snowden reveló su propia identidad porque sabía que el Gobierno tiene acceso a toda la comunicación entre él y Glenn Greenwald, el periodista que publicó sus filtraciones, y que fue imposible ocultar sus contactos.
“Eso quiere decir que se está desvaneciendo cualquier posibilidad de arrojar luz sobre el funcionamiento interno del poder”, subrayó.
“Nosotros los estadounidenses ya no tenemos privacidad ni capacidad de comunicar sin que el ojo del Gobierno lo siga”, dijo Hedges, quien califica el mecanismo de vigilancia como la capacidad de reprimir cualquier forma de disidencia.