La amenaza ultranacional viene de los países bálticos

La Unión Europea no tiene razón al no prestar atención a la restauración del neonazismo en Estonia, Letonia y Lituania. Así lo indica en su artículo en el diario británico The Guardian Efraim Zuroff, quien encabeza el Centro Simon Weisenthal en Jerusalén. El autor del artículo subraya que l

La Unión Europea no tiene razón al no prestar atención a la restauración del neonazismo en Estonia, Letonia y Lituania. Así lo indica en su artículo en el diario británico The Guardian Efraim Zuroff, quien encabeza el Centro Simon Weisenthal en Jerusalén.

El autor del artículo subraya que la prensa de los países integrantes de la Unión, a excepción de la del Reino Unido, no cubrió la reciente marcha de los ex legionarios letones de la Waffen SS en Riga (organizada el 16 de 2010), y no informó sobre un parecido acontecimiento en Vilna, la capital de Lituania. Zuroff indica que en Riga los participantes de la manifestación llevaron pancartas con el lema 'Judíos, esta tierra es para los letones', y en Vilna proclamaban 'Letuania para los lituanos' y llevaron pancartas con símbolos neonazis, que demostraban la hostilidad a todas las minorías.

Ninguna de ellas fueron organizadas oficialmente por las autoridades de los países, pero, según Zuroff, los líderes políticos regionales no las condenaron, que no pueden dejar de preocupar a los socios de la UE y la OTAN. El luchador contra el nazismo se mostró escandalizado por el discurso de la nueva embajadora de EE. UU. en Lituania Anne.E.Derse:, quien en su intervención en la universidad de Vilna, no mencionó los actos fascistas pero aseguró que los Estados Unidos y Lituania son socios en el campo de la lucha contra el antisemitismo.

En la opinión del autor del artículo, este tipo de alardes en los países bálticos se podrían ignorar si Estonia, Letonia y Lituania informaran a la población sobre los crímenes cometidos por los locales colaboradores durante el III Reich y trataran de llamarlos a capítulo. Pero desde que los países bálticos obtuvieran la independencia, ninguno de los criminales militares nazis letón, lituano o estón fue castigado por los tribunales regionales. Al revés, los judíos, que luchaban contra ellos junto con los guerrilleros soviéticos, en Lituania están acosados por los tribunales, y estos tres estados encabezan la campaña por la igualación de la ideología comunista a la fascista.

Zuroff concluye que es el tiempo para la Unión Europea de entender la restauración del neonazismo en esta zona, como la amenaza a los principios de la democracia europea.