Por el momento no hay informaciones de víctimas. El cohete cayó en una zona despejada. El fuego en el lugar del impacto continúa. Se calcula que podría haber alrededor de 600 toneladas de combustible con componentes altamente tóxicos como el heptilo, además de queroseno y tetróxido de dinitrógeno, según informó el Ministerio de Emergencias de Kazajistán.
Según informaron a ITAR-TASS miembros del servicio de búsquedas y rescate, las comunidades aledañas al accidente no corren ningún peligro. "El poblado más cercano está a 70 kilómetros. No se ha llevado a cabo ninguna evacuación"
La causa del accidente podría haber sido un problema con el motor o el sistema de control, aseguró una fuente de RIA Novosti. Por otro lado, una fuente de Interfax señala que la causa podría ser un fallo de uno de los motores de dirección. "Los motores continuaron trabajando hasta la caída. Aparentemente, el sistema de automatización detectó la falla, pero no los apagó", comentó.
Se estima que las pérdidas materiales ronden los 200 millones de dólares. Las primeras causas oficiales del accidente se conocerán ya en los próximos días, mientras que los lanzamientos desde cosmódromo se paralizarán durante los próximos dos o tres meses, dijo a RIA Novosti una fuente de la industria espacial.
Esta es la tercera vez en este año que ocurre una situación de emergencia en la industria espacial rusa. En febrero el lanzamiento del cohete portador Zenit-3SL falló en el despegue y cayó en el Océano Pacífico, y los otros incidentes se registraron con aparatos del Ministerio de Defensa.
Tampoco es la primera vez que Rusia pierde tres satélites Glonass-M en un lanzamiento. El 5 de diciembre de 2010 tres aparatos de esa serie cayeron en el océano Pacífico debido a un fallo en el bloque acelerador, la última etapa del cohete.