“Los gobiernos de Francia, España y Portugal tienen que explicar al mundo a qué se debe la retención”, subrayó en declaraciones telefónicas a Telesur el líder boliviano, que calificó lo ocurrido como un reflejo de “las políticas represivas” de algunos países europeos.
Morales dijo que su país es una nación pequeña “pero con dignidad”, y recordó a los países europeos que “no estamos en tiempos de colonia”. El presidente boliviano cree que la retención en Viena es un pretexto para intimidarlo, para tratar de acallar su lucha “contra las políticas económicas de saqueo”, “las invasiones” y “la dominación”.
El mandatario considera absurdo que algunos gobiernos creyeran que trasladaba en su avión al ex colaborador de la CIA, Edward Snowden, puesto que —dice— ese joven “no es una maleta” para que “pueda meterlo en el avión y llevármelo a Bolivia”.
El avión de Morales fue obligado a efectuar un aterrizaje emergencia en Viena después de que varios países europeos le cerraran su espacio aéreo.
Tras permanecer cerca de once horas en ese aeropuerto, Morales ha confirmado que España ha dado permiso para que el avión presidencial cruce su espacio aéreo de regreso a Bolivia.
La policía del aeropuerto de Viena realizó un "registro voluntario", autorizado por el piloto del avión presidencial de Bolivia, y comprobó que Edward Snowden no se encontraba a bordo.
El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, señaló horas antes que lo ocurrido en Austria con la delegación de su país supone una “violación absoluta de la Convención de Viena” que establece —recuerda— que “los vuelos de los presidentes del mundo no pueden ser obstruidos y tienen inmunidad”.