Cientos de bolivianos, la mayoría miembros de comunidades indígenas, se congregaron con banderas y pancartas para dar la bienvenida a Evo Morales, que pasa por ser el primer presidente indígena de América Latina. El mensaje que querían transmitirle a su llegada era de un apoyo total.
"¿Por qué con nuestro presidente estén haciendo ese tipo de burlas?", se quejaba a RT Delfina Millán de Choque.
La gente lanzaba consignas antiimperialistas y antieuropeas. El lema “el pueblo unido jamás será vencido”, uno de los más escuchados, ilustraba el sentimiento de unión, pero sobre todo de indignación, tras la afrenta sufrida por Evo Morales en Europa.
"Es una provocación al continente y no solo al presidente... porque somos un pueblo que tiene dignidad y soberanía", dijo.
En medio de constantes ovaciones, el presidente proclamó que algunos países de Europa son "obedientes del imperativo norteamericano", después de lo cual el presidente salió de escena, sin mencionar al ex colaborador de la CIA, Edward Snowden, del que tanto se había especulado que viajaba con Morales a la espera del asilo boliviano.
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