El periódico asegura que la DGSE interceptaba señales de ordenadores y teléfonos en Francia, y entre Francia y otros países, aunque sin recolectar el contenido de las llamadas telefónicas, para crear un mapa de "quién está hablando con quién". El diario francés asegura que esta actividad es ilegal.
"Todas nuestras comunicaciones son espiadas", escribió Le Monde, que basó su informe en fuentes de inteligencia no identificadas, así como en observaciones formuladas públicamente por funcionarios de inteligencia.
"Los correos electrónicos, mensajes de texto, registros telefónicos, el acceso a Facebook y Twitter se almacenan durante años", agrega la gaceta.
Las actividades descritas son similares a las llevadas a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA), tal como se describe en los documentos filtrados por el extécnico de la CIA Edward Snowden.