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La huelga de hambre en Guantánamo cumple 150 días pese a la indignación mundial
Alcanza la marca psicológica de 150 días la huelga de hambre que mantienen los reclusos de la prisión de Guantánamo para atraer la atención mundial hacia el incumplimiento de los derechos humanos en el centro penitenciario.
De los 166 reos internos en la cárcel, 106 sufren dolores de estómago y problemas fisiológicos, y prefieren correr el riesgo de morir que pasar un día más en el centro de reclusión.
Según las autoridades de la prisión, 45 de los reos que observan la huelga de hambre están en la lista de alimentación forzosa.
"La cuestión del cierre de la base naval de Guantánamo es urgente. La permanencia de este sitio, donde se han cometido los más atroces castigos contra seres humanos, que hacen revivir el infierno de Dante, exigen de todo el mundo una acción conjunta para presionar a EE.UU.", opina el analista político Persy Alvarado Godoy.
Los métodos aplicados en la prisión evocan imágenes de películas de terror. Por ejemplo, las autoridades usan sillas especiales para la nutrición forzada de algunos detenidos, a los que se les alimenta por la nariz. Un trato que para muchos se asemeja a las torturas que en reiteradas ocasiones fueron denunciadas en el centro.
"En Cuba sí se tortura, sí se asesina, en Cuba sí se violan los derechos humanos. Pero solo en un pequeño lugar de Cuba, en la base naval de Guantánamo, que es territorio usurpado por EE.UU. a la República de Cuba", dice Godoy.
Tal situación suscita un auténtico repudio de la población de Cuba, en cuyo terreno se ubica la cárcel. Los cubanos aseguran que la comunidad internacional no conoce ni la mitad de los horrores que tienen lugar tras los muros del centro, y exigen el desmantelamiento del penal, situado en un terreno del cual, afirman, les privan injustamente.
La huelga de hambre ha vuelto a captar la atención de los medios y de los defensores de los derechos humanos, unos derechos que nunca se habían violado con tanta intensidad desde la inauguración del lúgubre centro carcelario.
Mientras Barack Obama, a pesar de sus numerosas promesas de clausurar la desacreditada cárcel, da a entender que tiene las manos atadas por lo que respecta a Guantánamo, la sociedad estadounidense se pregunta si es racional tener que pagar impuestos para mantener instituciones como la infame prisión. Incluso los ex empleados de Guantánamo denuncian que la existencia de la institución es insensata y absurda.
"La cuestión del cierre de la base naval de Guantánamo es urgente. La permanencia de este sitio, donde se han cometido los más atroces castigos contra seres humanos, que hacen revivir el infierno de Dante, exigen de todo el mundo una acción conjunta para presionar a EE.UU.", opina el analista político Persy Alvarado Godoy.
Los métodos aplicados en la prisión evocan imágenes de películas de terror. Por ejemplo, las autoridades usan sillas especiales para la nutrición forzada de algunos detenidos, a los que se les alimenta por la nariz. Un trato que para muchos se asemeja a las torturas que en reiteradas ocasiones fueron denunciadas en el centro.
"En Cuba sí se tortura, sí se asesina, en Cuba sí se violan los derechos humanos. Pero solo en un pequeño lugar de Cuba, en la base naval de Guantánamo, que es territorio usurpado por EE.UU. a la República de Cuba", dice Godoy.
Tal situación suscita un auténtico repudio de la población de Cuba, en cuyo terreno se ubica la cárcel. Los cubanos aseguran que la comunidad internacional no conoce ni la mitad de los horrores que tienen lugar tras los muros del centro, y exigen el desmantelamiento del penal, situado en un terreno del cual, afirman, les privan injustamente.
La huelga de hambre ha vuelto a captar la atención de los medios y de los defensores de los derechos humanos, unos derechos que nunca se habían violado con tanta intensidad desde la inauguración del lúgubre centro carcelario.
Mientras Barack Obama, a pesar de sus numerosas promesas de clausurar la desacreditada cárcel, da a entender que tiene las manos atadas por lo que respecta a Guantánamo, la sociedad estadounidense se pregunta si es racional tener que pagar impuestos para mantener instituciones como la infame prisión. Incluso los ex empleados de Guantánamo denuncian que la existencia de la institución es insensata y absurda.
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