Según el analista, el error del presidente estadounidense "no fue ideológico", pero Mohamed Morsi, por el que apostó Obama, no fue capaz de gobernar en Egipto de una manera eficaz, "las condiciones de vida han empeorado y ha vuelto a pasar la revuelta".
Además, señaló el experto, Morsi no pudo dialogar con la oposición y "a pesar de ser elegido democráticamente no se ha comportado como un líder demócrata, sino que ha manejado el poder de forma autoritaria".
Dadas las circunstancias, "la Casa Blanca hará muchas declaraciones, pero no va a ir mucho más allá", indicó Kupchan, pronosticando además que en las acciones de EE.UU. prevalecerán la "precaución" y la "distancia".
Obama debe admitir que "no es capaz de influir en los acontecimientos", manifestó el analista. "Puede elegir una u otra política, pero desde Egipto hasta Siria, los hechos demuestran" que su influencia no puede ser decisiva, agregó Kupchan, explicando que "eso es porque va a tener un enfoque más pragmático".
"Lo que es más preocupante es que en el mundo árabe, tras años de un fuerte apoyo a la primavera árabe, los mejores aliados de los Estados Unidos siguen siendo las monarquías del Golfo, que representan la continuación de la dinastía, que es lo contrario a la democracia", y esto sugiere que van a actuar con más precauciones en el futuro.
El pasado 4 de Julio, tras varios días de protestas masivas en contra del presidente Mohhamed Morsi, el Ejército egipcio lo derrocó y suspendió la Constitución del país. El jefe del Tribunal Constitucional, Adli Mansour, fue nombrado presidente interino y debe formar el gobierno provisional. Los islamistas tachan las acciones de los militares de acto ilegítimo y exigen la vuelta al poder de Morsi.