De acuerdo con el rotativo, las autoridades federales trataron mediante acuerdos de proteger las redes estadounidenses de telecomunicaciones del espionaje extranjero y otras acciones que pudieran perjudicar a la seguridad nacional.
La publicación afirma que según datos de la NSA filtrados por el excolaborador de la CIA Edward Snowden, el Gobierno de EE.UU. aprovechó cables de fibra óptica submarinos por donde circula alrededor del 99% de las comunicaciones de Internet del mundo y el tráfico internacional telefónico.
Siguiendo las instrucciones del Gobierno estadounidense, un equipo de abogados de varias agencias, incluyendo al FBI y los Departamentos de Defensa, Justicia y Seguridad Nacional se encargaron de pedirle a las empresas de fibra óptica que mantuvieran grupos internos de empleados estadounidenses con autorización de seguridad que pudieran garantizar que las solicitudes de vigilancia por parte de las autoridades gubernamentales se llevaran a cabo "rápida y confidencialmente".
Una de las entidades mencionadas en el artículo es la asiática Global Crossing, que conecta a 27 países de cuatro continentes.
El acuerdo firmado por el Gobierno de EE.UU. y esta empresa en 2003 estipulaba que esta firma debía contar con un "centro de operaciones" en territorio estadounidense que pudiese ser visitado por funcionarios gubernamentales con un aviso de 30 minutos con el fin de supervisar y recoger datos.
El trato, firmado en septiembre de 2003 por Global Crossing, "se convirtió en el modelo para otros acuerdos en la última década a medida que inversionistas extranjeros adquirían partes de las infraestructuras mundiales de telecomunicaciones", indica el artículo.
"Mientras la gente de todo el mundo chatea, navega y envía imágenes a través de servicios en línea, gran parte de la información está al alcance de los servicios de vigilancia tecnológica de EE.UU.", asegura 'The Washington Post'.
Asimismo agregó que EE.UU. y sus aliados tienen la capacidad de vigilar pese a la existencia de leyes, normas de procedimiento y políticas internas que limitan el modo en que pueden recogerse y utilizarse los datos de miles de millones de usuarios de Internet por todo el mundo.