Ante el inesperado evento, la base de la Fuerza Aérea rusa en el Lejano Oriente envió dos cazas para inspeccionar la zona, pero estos pronto retornaron a su punto de partida sin haber hallando nada sospechoso.
Las agencias de información transmitieron que el vuelo del objeto desconocido no había sido coordinado con los órganos y servicios correspondientes. A parte de los dos vuelos de pasajeros, de las compañías Aeroflot y SAT Airlines, en esta región no debía haberse registrado ningún vuelo adicional. Una fuente cercana al Ejército ruso comentó que los aviones civiles regresaron con el fin de no poner en peligro la vida de los pasajeros.
En las esferas militares enseguida surgió la versión de que pudo tratarse de una nave sin piloto o militar. El suceso se produce tan solo unos días después del comienzo de los ejercicios militares conjuntos ruso-chinos. Para estas maniobras ambas partes destinaron 18 embarcaciones militares, un submarino, varios helicópteros y aviones, así como brigadas especiales. Los simulacros se prolongarán por espacio de una semana.