Con una mayoría de 114 de votos a favor de la medida, los diputados aprobaron la propuesta del laborista John Baron, según la cual antes de tomar decisiones al respecto, el Gobierno de Cameron estará obligado a obtener el consentimiento previo por parte del Parlamento.
Según considera el propio gabinete de ministros, cualquier decisión sobre el asunto debe someterse a la votación de los legisladores del Reino Unido antes de ser aprobada definitivamente, aunque el canciller británico, William Hague, declaró esta semana que el país aún no ha tomado una decisión definitiva acerca del suministro de armas a la oposición siria.
Actualmente, tanto conservadores como laboristas se oponen a armar a los rebeldes sirios, por temor a que ese armamento pueda caer en manos de los extremistas y dar lugar a una escalada del conflicto.
De acuerdo con un reciente informe del Parlamento británico, los extremistas islamistas que luchan en Siria se han convertido en "la nueva gran amenaza terrorista" para Reino Unido y sus aliados.
El documento añade que las consecuencias de que los extremistas sirios vinculados con Al Qaeda lleguen a apoderarse de las reservas de gas sarín y de agentes neurotóxicos VX, ricina y gas mostaza declaradas por el presidente Bashar al Assad, serían "catastróficas".
Durante la reunión del G-8 en junio, las potencias más industrializadas del mundo también se declararon "muy preocupadas" por "la amenaza creciente del terrorismo y el extremismo en Siria" e instaron al Gobierno y a la oposición del país a "comprometerse a destruir y expulsar de Siria a todas las organizaciones e individuos afiliados a Al Qaeda, y a cualquier otro actor vinculado con el terrorismo.