Después de deliberar durante más de 16 horas, el jurado formado por seis mujeres declaró a Zimmerman 'no culpable' por los cargos por asesinato en segundo grado y homicidio involuntario, un caso que generó una gran polémica en el país.
Tras escuchar el veredicto, la jueza Debra Nelson le dijo a Zimmerman, de 29 años de edad, que era " libre de irse".
Los miembros del jurado escucharon dos versiones distintas sobre Zimmerman y tuvieron que decidir si actuó movido por prejuicios raciales o si mató a Martin en defensa propia porque temía por su vida.
A lo largo del proceso judicial, los abogados del acusado lo describieron como una persona dedicada a la comunidad que se ofrecía con frecuencia a ayudar a sus vecinos. Por su parte, la fiscalía calificó al exvigilante como una persona agresiva, molesta por los continuos robos registrados en el barrio y como alguien que "se creía un policía" y que "se tomó la justicia por su mano".
El fiscal Bernie de la Rionda describió a Martin como un "chico inocente de 17 años" a quien Zimmerman "identificó como un criminal", le persiguió, obviando la recomendación de la Policía, se enzarzó en una pelea con él y lo acabó matando de un tiro a quemarropa simplemente "porque quiso".
Angela Corey, la fiscal especial encargada del caso de asesinato del joven afroamericano, declaró tras el veredicto que se había "hecho justicia". "La justicia norteamericana solo puede y debe hacerse dentro de la ley", dijo Corey.
Una opinión que difiere notablemente de la de los manifestantes que se han congregado a las puertas de ese tribunal.
"Hoy, la justicia le ha fallado a Trayvon Martin y a su familia", dijo Roslyn M. Brock, presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (National Association for the Advancement of Colored People), a través de un comunicado.
"Pedimos que el Departamento de Justicia abra una investigación de inmediato sobre las violaciones de derechos civiles cometidas contra Trayvon Martin. Este caso ha revitalizado el movimiento que lucha para poner fin a la discriminación racial en EE.UU.", agregó.
Zimmerman afirmaba que disparó en defensa propia durante una pelea en Sanford, Florida, aunque las investigaciones demostraron que la víctima estaba desarmada.
La muerte del joven tuvo gran repercusión en el país, poniendo en primer plano de nuevo el problema de la discriminación racial y la imperfección de una ley estatal de posesión de armas que permite a los residentes de Florida usar medios de defensa mortales si se sienten "amenazados".