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Opinión

¿Un niño a los comandos?

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¿Un niño a los comandos?
Creo que en toda la historia mundial de la aviación civil no hubo nada semejante a lo que paso el 22 de marzo de 1994 (23 de marzo, hora local). Un Airbus A310 con destino a Hong-Kong perdió el control y se estrello en Siberia cerca de la ciudad de Mezhdurechensk, Rusia. Los 75 pasajeros y tripulantes fallecieron. Cuando abrieron las cajas negras descubrieron que un niño de 15 años estaba a los comandos…
El A310 de la compañía Aeroflot (Líneas Aéreas Rusas) despegó del aeropuerto de Sheremetievo en Moscú la tarde del martes 22 de marzo de 1994. Para el comandante Yaroslav Kudrinsky era un vuelo muy especial: sus dos hijos, Yana de 13 años y Eldar de 15, lo acompañaban en su primer vuelo internacional. En aquella época ser piloto de vuelos internacionales y encima en un Airbus era muy prestigioso: el A310 fue el primer avión de fabricación extranjera en toda Rusia y tomaban solo a los mejores de la compañía.

El viaje era largo y por eso la tripulación contaba con tres pilotos, que se cambiaban durante el vuelo crucero para descansar hasta el aterrizaje. Cuando el avión llegó a los 10.100 metros de altura Kudrinsky tomó el asiento de comandante y el primer capitán Andrey Danilov se sentó en primera clase. Ya que todo iba bien y todavía quedaban varias horas de vuelo, Kudrinsky invitó a sus hijos a la cabina. Antes no había prohibiciones tan estrictas para entrar a la cabina como ahora y era común invitar a conocidos. Es más, muchos pilotos incluso dejaban la puerta abierta durante todo el vuelo para que los pasajeros se sintieran más tranquilos. Y aparte se entiende que Kudrinsky como comandante, y más que nada como padre, quería que sus hijos sintieran orgullo por el puesto tan importante al que había llegado su padre.
Pero Yaroslav fue más allá de lo permitido y sentó a su hija directamente a los comandos. Para que la niña creyera que era ella la que moviendo el timón controlaba la nave, Kudrinsky cambio el rumbo del piloto automático y el avión empezó a inclinarse. Cuando Eldar ocupo el lugar de Yana el capitán hizo lo mismo, pero se ve que el niño era bastante mas fuerte y al mover el timón desconectó el canal lateral del piloto automático. Y eso era normal: cualquier autopiloto se apaga si se le aplica cierta fuerza al timón, pero en general también tiene que sonar una alarma para llamar la atención de los pilotos, cosa que no sucedió en este caso por no haberse desconectado del todo (el canal vertical seguía estando prendido), y eso ya no era normal. Solo se prendió una pequeña lamparita a la que nadie prestó atención: gran error de diseño de la cabina.

Como el avión seguía girando en modo manual, el sistema digital 'pensó' que la nave entró en zona de espera y por eso insertó un circuito en la pantalla de navegación en vez de la línea recta que indicaba la ruta. Eso distrajo al copiloto que no entendía qué es lo que estaba pasando.

Mientras tanto Kudrinsky estaba charlando con su hija y el único que controlaba lo que estaba pasando era… Eldar, porque el copiloto estaba concentrado en la pantalla. Eldar fue el primero que notó que la nave seguía doblando, ya que de noche no había referencia visual del horizonte, la velocidad angular era menos de un grado por segundo y nadie sintió que la inclinación del avión cada vez crecía mas. Aparte varios estudios psicológicos que se llevaron a cabo en el curso de la investigación mostraron que un piloto distraído tarda más de diez segundos en chequear los instrumentos y entender lo que está pasando. Ese tiempo fue suficiente para llegar a los 50 grados de inclinación.
El canal vertical del piloto automático seguía tratando de mantener la altura, por eso, con el aumento de la inclinación, crecía la fuerza de gravedad y tan grande llegó a ser (hasta 4,8 G) que Kudrinsky no podía sacar a su hijo de los comandos. La cabina se convirtió en un caos: '¡A la derecha! ¡A la izquierda! ¡Tira para la izquierda, a la derecha, izquierda, izquierda! ¡Más potencia!'. El ángulo de inclinación llego hasta los 90 grados y el avión perdió el control completamente…

Durante un momento el copiloto con la ayuda de Eldar (!), que movía el timón para donde el padre le indicaba, logró recobrar el control sobre la nave, pero segundos después la pesadilla continuó. Kudrinsky finalmente llegó a sacar a su hijo y sentarse a los comandos, pero ya era demasiado tarde y el avión se estrelló contra la tierra.
¿Qué puedo decir? Claro está que el capitán Kudrinsky ni se podía imaginar que una pequeña irresponsabilidad iba a provocar algo semejante. Si no nunca lo hubiera hecho. No creo que pudiera haber llegado a ser comandante de un A310 de Aeroflot sin las cualidades necesarias. Pero de todos modos hay cosas que de ninguna manera tienen que pasar a bordo de un avión, por más que parezca que no hay ningún peligro.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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