La fuerza que destruyó la atmósfera del planeta rojo procedía probablemente del viento solar, el flujo partículas superionizadas de las capas superiores de sol, señala el sitio oficial de la NASA.
Anteriormente, los científicos presuponían que el viento solar no podía penetrar en la ionosfera, que es la capa superior de la atmósfera ionizada por los rayos solares. Sin embargo, los datos obtenidos por el satélite MAVEN han demostrado que esta teoría estaba equivocada.
Datos del MAVEN demuestran que una parte de los iones del viento solar pierden su carga eléctrica y se neutralizan, lo que les permite penetrar la atmósfera. Al llegar hasta las capas más bajas, las partículas recuperan la carga.
Científicos de la NASA suponen que la comprensión de este proceso permitirá establecer la relación entre las capas bajas, que forman el clima, y las capas altas de la atmósfera.