Manejados por las personas equivocadas, los gráficos pueden hacer que un lector deduzca tendencias que no existen, confunda más con menos y no presenta atención a factores alarmantes, asegura Becca Cudmore en su artículo publicado por Nautil. Los cinco siguientes puntos muestran ejemplos concretos de cómo la estadística puede engañar.
1. Perspectiva
En las dos siguientes imágenes, la parte azul oscura ocupa el 30% del total. No obstante, en el gráfico de la izquierda, el fragmento azul parece más pequeño debido a su posición en segundo plano.
2. Forma
Engañar con un gráfico es posible añadiendo información innecesaria. Por ejemplo, en el gráfico izquierdo, la única característica importante es la altura del cono. No obstante, a pesar de que el volumen es irrelevante, es difícil no prestarle atención.
3. Tendencias
Cuando dos o más líneas similares aparecen juntas en un gráfico, tenemos tendencia a asumir que están relacionadas, incluso cuando no es así.
4. Información adicional
Una de las maneras de disimular una tendencia es esconderla entre otros datos, como ocurre en el caso siguiente. Mientras que el primer gráfico muestra un claro crecimiento, en el segundo el mismo dato se esconde entre otros.
5. Escala
Los siguientes gráficos muestran cómo es posible alterar la percepción visual de los datos estadísticos a través de la escala, ya que ambos representan de forma muy distinta los mismos datos.