En gran parte de las botellas de plástico, al igual que en latas, un componente común es el bisfenol A (o BPA). Según lo revela un nuevo estudio, incluso una sola exposición al BPA puede tener un impacto directo en la salud.
Hipertensión
Los científicos dan por probado desde hace tiempo que el bisfenol A es capaz de penetrar en el contenido de los envases. Especialistas del departamento de Medicina Preventiva de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur) acaban de publicar un artículo en el rotativo 'Hypertension', de la Asociación Estadounidense del Corazón, donde analizaron sus efectos en los humanos. Resulta que dentro de las dos horas posteriores a beber de un envase que contenga BPA, el nivel de esta sustancia en la orina se eleva unas 16 veces.
La sola ingestión de dos envases que contengan algún líquido con BPA provoca una suba aguda de la presión arterial sistólica en un 4,5 mm Hg. Este efecto se debe a que la sustancia bloquea parte de los receptores de estrógeno responsables de la reparación de vasos sanguíneos e interrumpe la hormona tiroidea, señalaron.
Trastornos cardiovasculares
Cada incremento en 20 milímetros de la presión arterial sistólica, duplica el riesgo de una enfermedad cardiovascular, estiman científicos estadounidenses en otro estudio. En base a esto, el consumo diario de agua en botellas plásticas puede servir como detonante.
Riesgo para el bebé durante el embarazo
La Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria (ANSES) emitió en 2013 una advertencia especial para las mujeres embarazadas, instruyéndolas contra la exposición al BPA. "Representa un riesgo para las glándulas mamarias del niño por nacer", alertó la agencia en un informe que puso fin a una investigación de tres años.
Obesidad y diabetes
De acuerdo a especialistas de la Universidad Católica de Australia, la exposición crónica al bisfenol-A además provoca cáncer, diabetes, trastornos en el sistema reproductivo, en el sistema nervioso central y tiroides, así como también obesidad. O al menos, lo hace en animales. De momento, la comunidad científica no toma conclusiones de este tipo como probadas, pero los activistas 'antiplástico' invitan a los consumidores a no experimentar con la propia salud.
Intoxicación
Dejando fuera el tema del BPA, aún quedan otros riesgos. Un 25% del agua embotellada que se vende en EE.UU. llega al envase directamente del grifo, según sostienen ecólogos. Puede contener ftalatos, moho, benceno, trihalometanos y hasta incluso arsénico. No hay datos fiables disponibles para otros países, pero es muy poco probable que en algún rincón del mundo la situación sea mejor.