En el artículo en cuestión, obra del escritor evangélico Eric Metaxas, se argumenta que los científicos han determinado que la aparición de la vida es tan improbable que debe haber sido creada por una deidad.
"Hoy en día se conocen más de 200 parámetros necesarios para que haya vida en un planeta y todos y cada uno de ellos deben coincidir perfectamente, o todo se desmorona", escribe Metaxas.
El problema con el argumento de Metaxas, escribió Krauss en la respuesta que el diario se negó a publicar, radica en la suposición de que los científicos realmente conocen los factores que permiten la evolución de la vida en el universo. "Conocemos muchos factores que son importantes aquí en la Tierra, pero no sabemos qué conjunto de otros factores podría permitir una historia evolutiva diferente en otro lugar", resalta el físico.
Según Krauus, el error de Metaxas es "algo similar a decir que si uno mira todos los factores en mi vida que llevaron directamente a que yo esté sentado en mi computadora para escribir esto, se obtendría una probabilidad tan pequeña como para concluir que es imposible que alguien más pudiera jamás sentarse a escribir esta carta".
Krauss señaló además que Metaxas ignoró investigaciones recientes sobre los extremófilos, organismos que evolucionaron para vivir en ambientes que previamente se creían demasiado duros e inhóspitos para la vida. Debido a ellos, escribe el físico, "las probabilidades de encontrar [vida en otros planetas] han aumentado, no disminuido".
Según él, Metaxas también se equivoca cuando cita al físico teórico Paul Davies -un colega de Krauss de la Universidad Estatal de Arizona-, afirmando que "la apariencia de que existe un diseño es abrumadora".
"La apariencia de diseño de la vida en la Tierra también es abrumadora", responde Krauss, aclarando que "ahora entendemos, gracias a Charles Darwin, que la apariencia de diseño no es lo mismo que el diseño, sino que, en realidad, es un remanente de la notable eficiencia de la selección natural".