"Siguiendo con precisión el movimiento del púlsar, hemos sido capaces de medir con extrema precisión la interacción gravitatoria entre las dos estrellas, que son muy compactas", cita el portal Sci-News a la astrónoma de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá), Ingrid Stairs. "Cada una de estas dos estrellas pesa más que el Sol, pero la distancia entre ellas es 100 inferior a la que separa la Tierra y el Sol, y como resultado su extrema gravedad provoca muchos efectos notables", añadió el científico.
De acuerdo con Stairs, las estrellas de neutrones se balancean como peonzas mientras se mueven a través de la gravedad de las estrellas cercanas siguiendo la teoría de la relatividad general. Cuando el púlsar viaja a través de un espacio-tiempo curvo en su órbita su eje de giro se altera.
"A causa de los efectos de la inmensa atracción gravitacional mutua, el eje de rotación del púlsar se ha movido tanto que sus rayos ya no alcanzan la Tierra", dijo Joeri van Leeuwen, astrofísico en el Instituto Holandés de Radioastronomía y la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos), quien dirigió el estudio sobre el tema publicado en la revista 'Astrophysical Journal' y presentado en una reunión de la Sociedad Astrofísica Americana.
Los astrónomos señalan que es la primera vez que una joven estrella desaparece a causa de la precesión, pero esperan que vuelva a aparecer en el campo de observación dentro de unos 160 años.