Según revela la revista 'Science', los participantes de la reciente asamblea de la Unión de Geociencias Europea pudieron apreciar un modelo de evolución planetaria. Los autores computaron el impacto de la vida, ante todo vegetal, durante los millones de años de su existencia sobre la roca firme.
Las plantas penetran en la roca con sus raíces, acelerando su erosión y convirtiéndola en sedimentos. Igual que una galleta mojada en la leche, estos sedimentos son una sustancia porosa que absorbe el agua líquida y permite retenerla para que no se libere a la atmósfera o la hidrósfera.
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Los continentes crecen a medida que el agua va penetrando en la corteza, hasta alcanzar el manto. Si disminuyera la erosión, durante un tiempo los continentes conservarían su tamaño, pero con el tiempo volverían a encogerse debido a la falta de agua en sus capas rocosas.
Ahora los continentes forman el 40% de la superficie del planeta, mientras que el océano cubre el 60%. Sin la vida, la tierra firme se encogería hasta el 30%. Si imaginamos el caso extremo de que la vida nunca hubiera existido en la Tierra, los continentes se habrían reducido hasta suponer solo el 10% del planeta azul, revela el modelo.