Investigadores de la Universidad Duke, de Carolina del Norte, basaron sus conclusiones en datos sobre la salud de casi mil personas nacidas entre 1972 y 1973. Dieciocho marcadores fisiológicos, incluyendo la presión arterial y la velocidad del metabolismo, fueron utilizados para evaluar la edad biológica de cada uno de los participantes.
El conjunto de marcadores fue medido tres veces, cuando los voluntarios tenían 26, 32 y 38 años, lo que permitió al equipo de científicos calcular en qué grado los marcadores cambian con el tiempo y crear gráficos del "ritmo de envejecimiento" de cada participante. La evaluación de la edad biológica se produjo por primera vez cuando los voluntarios tenían 26 años, porque fue imposible distinguir signos de envejecimiento que sean considerables antes.
"Aunque la edad biológica de la mayoría es aproximadamente igual al número de años cumplidos, algunos de los participantes son mucho más jóvenes o más viejos de lo que tendrían que ser a su edad cronológica", comenta uno de los investigadores responsables por el estudio, Daniel Belsky, citado por 'The Guardian'. El caso de uno de los voluntarios fue calificado como un "caso extremo" por los científicos: un hombre tenía la edad biológica de 61 años, lo que significa que cada año durante una década envejecía como si pasaran tres años.
El siguiente paso en la investigación, según Belsky, será la identificación del grado exacto en que factores como el estilo de vida, circunstancias familiares y los acontecimientos estresantes pueden afectar la velocidad a la que las personas envejecen.