El padre de Alejandro Magno cambia de tumba
Según informa el periódico 'The New York Times', a finales de los 1970 en la localidad de Vergina, en el norte de Grecia, se descubrió un complejo funerario integrado por tres tumbas. La primera contenía lo que quedó de los restos de un hombre, una mujer y un niño después de haber sido saqueada. El segundo sepulcro, por su parte, disponía de dos sarcófagos de oro, uno de los cuales tenía una elegante fachada y contenía cenizas de un hombre y una rica armadura, por lo que automáticamente fue identificado como la tumba del rey Filipo II.
Sin embargo, Juan Luis Arsuaga, paleontólogo de la Universidad Complutense de Madrid y codirector del Equipo de Investigaciones de los Yacimientos Pleistocenos de la Sierra de Atapuerca (Burgos, España), está convencido, después de reconstruir los restos hallados dentro, de que en realidad el monarca macedonio yace en el primer sepulcro. De acuerdo con el científico, su teoría se puede demostrar por la edad a la que murió Filipo II, que coincide con la del cadáver estudiado, y la herida histórica del rey en la pierna izquierda, que también está presente en los restos.
En cuanto a los otros dos cadáveres de la tumba, la mujer, que en el momento de la muerte tenía unos 18 años, podría ser una de las mujeres de Filipo (los monarcas macedonios eran polígamos), llamada Cleopatra, y el recién nacido sería el hermanastro de Alejandro Magno.