En junio de 1812 el Gran Ejército de Napoleón, formado por casi 700.000 hombres de todas partes de Europa, invadió Rusia llegando hasta Moscú, pero finalmente tuvo que retirarse por la cercanía del invierno, falta de suministros y la negativa del zar Alejandro I a rendirse y entregar San Petersburgo, entonces capital rusa, informa la revista 'Forbes'.
Cuando llegaron a Vilna, en su camino de retirada, solo quedaban 41.000 hombres de ese gigantesco ejército, y otros 20.000 soldados murieron en la capital lituana porque allí tampoco encontraron alimentos. En 2001, en Vilna fueron encontradas fosas comunes, y una de ellas contenía los restos de más de 3.200 personas.
Ahora nuevas investigaciones sobre esos restos han revelado que los huesos contenían altos niveles de isótopos de nitrógeno. Según los autores de la investigación, esta anomalía se presenta cuando el organismo se ve privado de proteína.
"Los valores de isótopos de nitrógeno pueden dispararse en condiciones como la anorexia, prolongadas nauseas, deficiencia de vitamina D, y hambre", comentaron los expertos, que además agregaron que el último factor era extremo.