Los científicos de la Universidad de Colorado en Boulder, EE.UU., han descubierto que los pacientes que tomaron placebo y después averiguaron que las pastillas no tenían sustancias medicamente significativas seguían diciendo que se sentían mejor seguros de que la mejora era el resultado del tratamiento, escribe 'Daily Mail'.
No obstante, hay una condición. Para que los pacientes sintiesen dicho efecto, debían estar convencidos de que su tratamiento era real durante al menos unas etapas. Los que se enteraron de que el tratamiento había sido artificial después de la primera etapa, no continuaron experimentando el efecto positivo de las pastillas.
Asimismo, según los resultados de este experimento, son necesarias cuatro tomas de placebo sin el conocimiento del paciente de la ausencia de sustancias curativas, para que siga el efecto positivo para la salud independientemente de que más tarde el paciente averigüe que se trata de placebo. Esto se debe a que el cerebro se acostumbra al tratamiento y a su efecto presumible.
El autor del estudio, Tor Wager, ha resumido: "Después del aprender [que el placebo cura], el cerebro todavía puede reaccionar al placebo aunque ya no sigas creyendo en él".