La Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. ha iniciado una revisión amplia del método, denominado 'gene drives'. Un grupo de 27 reconocidos genetistas pidió estrictos controles sobre cómo se utiliza la tecnología en laboratorios con el fin de minimizar los riesgos de un escape involuntario con consecuencias perjudiciales, publicó el diario 'The Independent'.
Los investigadores han comparado la tecnología genética con una reacción nuclear en cadena, ya que permite que los genes, una vez modificados, se amplifiquen dentro de una población de insectos u otros animales sin ninguna intervención adicional. Los experimentos de laboratorio en moscas de la fruta han demostrado que un gen modificado introducido en una mosca fue suficiente para 'contagiar' prácticamente a todas las moscas de la población reproductora tan solo después de unas generaciones.
"Incluso el uso bien intencionado [del método] puede tener consecuencias adversas graves. Por ejemplo, los mosquitos genéticamente modificados para ser resistentes a los virus podrían conducir a la evolución de los virus hasta que sean más virulentos. Esto podría conducir a la propagación incontrolada de enfermedades mortales graves", opina Helen Wallace, de la organización GeneWatch UK.