Un asteroide de 300 metros de diámetro que cayera en la Tierra a una velocidad de 30 kilómetros por segundo destaría una explosión de 5.000 megatones. Inmediatamente se formaría un cráter de 5 kilómetros, lleno de roca fundida, mientras que sobre él se generaría una bola de fuego del mismo tamaño que causaría incendios en un radio de 50-70 kilómetros; un escenario catastrófico que describe la popular revista rusa de ciencia 'Vokrug sveta' ('Alrededor del mundo').
Transcurridos siete segundos, un terremoto destruiría por completo todos los edificios en un radio de 30 a 40 kilómetros, y 30 segundos después se vendrían abajo la mayoría de las instalaciones que se encuentren a una distancia de 150-200 kilómetros. Si una metrópoli fuera afectada por la caída de tal asteroide, quedaría destruida.
Clasificación de asteroides y de los daños que podrían provocar
A una velocidad de 40 km/s, con un ángulo de 80° respecto a la superficie de la Tierra:
Tamaño: 100 metros
Un cráter de 3 kilómetros de diametro y una explosión de 300 megatones. Destrucción total en un radio de 20 kilómetros. Destrucción severa en un radio de 40 a 50 kilómetros y a causa de terremotos en un radio de 60 kilómetros.
Probabilidad de caída: una vez cada 9.000 años
Tamaño: 1.000 metros
Un cráter de 25 kilómetros de diámetro y una explosión de 300 gigatones. Destrucción total en un radio de 200-250 kilómetros. Terremoto de 7 grados en un radio de 400-450 kilómetros.
Probabilidad de caída: una vez cada 2 millones de años
Tamaño: 10 kilómetros
Un cráter de diámetro 190 kilómetros y una explosión de 300.000 gigatones. Destrucción total en un radio de 1.000-1.500 kilómetros. Destrucción severa en un radio de 3.000 kilómetros.
Probabilidad de lcaída: una vez cada 370 millones de años
Identificar objetos potencialmente peligrosos para nuestro planeta y crear tecnologías para desviar asteroides es una tarea muy importante, recuerdan los expertos.
"El artículo estudia una situación hipotética. En el momento de la entrega del número de la revista no se han detectado objetos peligrosos que amenacen a la Tierra (lo que no significa que no los haya)", concluye el artículo.